No conozco a muchas mujeres que le den la bienvenida a la temporada de trajes de baño con los brazos abiertos. Ya sean talla 0 o 26, tenga las tetas “perfectas” o un pecho plano, las compras de vestidos de baño pueden ser una experiencia emocionalmente difícil. Como dueños de Inanna, tenemos la suerte de escuchar toneladas de consejos y trucos de los diseñadores para encontrar el molde ideal para cada tipo de cuerpo. Pero sabemos que incluso si un supuesto experto nos dice lo que se ve bien, se necesita un cierto nivel de confianza en uno mismo para sentirse completamente seguro.
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¿Por qué tengo que vivir mi vida?
¿Por qué tengo que vivir mi vida? dimensionen el nivel de dolor y de soledad que tenía que estar sufriendo una niña de 12 años para empezar a cuestionar de esa forma.
Como padres muchas veces tildamos los sentimientos de nuestros hijos como ¨exagerados¨solo por el hecho de que estos son adolescente y ¨así son los adolescentes¨ ponemos por completo a un lado la responsabilidad de encaminar, de preguntar, pero sobre todo de escuchar a nuestros hijos.
En la tarde del lunes 28 de Mayo se registró el fallecimiento de Cristina Isabel Jiménez. Al parecer, la menor de 12 años se lanzó desde un séptimo piso tras ser víctima de Bullying. – A cristina sus amigos le decían ¨GORDA¨
Si usted es una mujer que ha sufrido de sobrepeso desde su infancia, seguramente entiende lo que estaba pasando por la mente de Cristina. A muchas nos tocó vivir en carne propia este señalamiento desde muy corta edad y sobrevivimos. Cristina no lo logró.
No lo logró porque para ella pesaban más las burlas de sus compañeros por estar ¨gorda¨y no encajar en una sociedad que exige tener ciertas medidas para ser considerada ¨bonita¨según los comerciales de televisión. No lo logró porque estaba rodeada de personas que constantemente le estaban recalcando su sobrepeso, adultos que seguramente le estaban pidiendo comer o no comer de más, no lo logró porque le fallamos.
Dimensione el odio a sí misma que debe estar sintiendo una niña de 12 años para pararse en el borde de un balcón de un séptimo piso con la intención de suicidarse.
En estos días sobre lo que más se habla es de política, nos insultamos los unos a los otros por nuestras preferencias de partido y candidatos políticos. Se nos olvida más que nunca ser humanos, ser personas.
Esto está causando un efecto lamentable entre nuestros niños, estamos cultivando una sociedad de agresores y de víctimas.
La invitación de hoy señor padre de familia es a que abrace, a que escuche ANTES DE OPINAR, a que saque tiempo para un café, a que pregunte, a que se interese, a que valore y a que cuide su hijo.
Soy Cristina Isabel Jiménez Vergara, tengo 12 años, estudio en el colegio La Salle de Montería. Hoy me quité la vida, lanzándome del séptimo piso de mi casa porque no aguanté más con el matoneo que me hacían por tener sobrepeso.
Lo cuento yo, porque Cristina no puede hacerlo.
Señalar un ejemplo de hipocresía
Vivimos en un mundo donde se nos facilita hablar de forma negativa de las personas que a duras penas conocemos, donde es tan sencillo señalar y dar como una afirmación aquello que solo nació como un rumor, que tan fácil es utilizar la lengua para destruir vidas.
Somos una completa contradicción en nuestras vidas mientras algunos se autoproclaman seguidores del buen hablar y de no lucir ni una sola maldición o mala palabra en su lenguaje por otro lado despotrican de su prójimo como si en realidad su lengua fuera jurado y juez.
¿Acaso estamos condenados a llevarnos por los prejuicios sin darnos la oportunidad de conocer al otro? Es un desastre realmente hablar por hablar lo digo con propiedad porque al igual que ustedes mi lengua ha sido el puñal que hiere por la espalda porque en ocasiones he dejado que mi lengua solo genere daño y maldición.
Nuestra lengua nos lleva a levantar juicios y dictaminar culpables olvidando que solo somos humanos todos nosotros solo somos un montón de carne y huesos.
Lo más doloroso es que nuestra lengua solo debería ser empleada para dar alegría, felicidades y placer sin embargo como cualquier elemento que nos da poder siempre es utilizado de forma equivoca.
Hoy solo quiero dejar por escrito que debemos cuidar más lo que decimos, los invito a todos ustedes a pensar si al soltar esa herramienta diaria realmente la estamos utilizando para hacer lo correcto o solo para nuestro propio beneficio.
8 cosas a las que las mujeres gordas le tienen miedo debido a los estereotipos
A veces se siente como si nuestras vidas estuvieran gobernadas por lo que sentimos acerca de nuestros cuerpos. Hacemos cosas que nos aíslan para evitar estereotipos, o incluso ser notados. Y como resultado, perdemos la vida.
Aquí hay 8 cosas que nadie debe dejar de hacer por temor al estereotipo o al juicio.
1. Comer en publico
Todo el mundo tiene una opinión cuando se trata de los cuerpos de tallas grande y las dietas. Estamos constantemente señalados por lo que comemos (y lo que no comemos). Se le permite comer tanto como desee o tan poco como desee. Su dieta es entre usted y su médico; a nadie más se le debe una explicación.
2. Salir con alguien más delgado
Las citas pueden ser difíciles para las mujeres gordas – salir con alguien más delgado puede ser tan difícil como cruzar el infierno. Todos sabemos que el amor no tiene límite de tamaño, pero a veces la gente puede ser cruel. Ellos cuestionan sus intenciones; se olvidan de lo dignos que somos todos de amor sin importar nuestro tamaño. Recuerde que lo más importante es su relación, no lo que otros piensan de ella.
3. Hacer ejercicio en publico
La gente a mi alrededor cuestionó mis motivos cuando empecé a ir al gimnasio: ¿Había alguien especial por el que lo estaba haciendo, me preguntaban sin tener en cuenta por un segundo que la persona especial era YO.
La gente gorda también hace ejercicio. Y no necesitan explicar por qué.
4. Ir al médico
Siempre he sido gorda. Cuando era más joven, mi doctor examinó mis exámenes un par de veces porque no podía creer que no tuviera problemas de salud. Muchas mujeres de talla grande han tenido este problema. Puede ser muy frustrante (por no mencionar, en un entorno médico, peligroso) ser tratado de manera diferente debido a la forma en que usted se ve. ¡No permita los diagnósticos perezosos y la gordura avergonzada en la oficina del doctor!
5. Dar el primer paso
“Él / Ella nunca saldría con una persona de mi tamaño.” – ese es el tipo de pensamiento que te mantendrán solo para siempre! La verdad es que nunca lo sabrás hasta que lo preguntes.
6. Bailar en publico
Déjame decirte algo de lo que no tengo duda: Te ves mejor cuando estás bailando como si nadie estuviera mirando que cuando bailas como una persona torpe, tímida, insegura y no divertida.
7. Utilizar un bikini
Quieres entrar en la auto aceptación, comprar un bikini! Atrás han quedado los días de camisas holgadas y pantalonetas de hombre. Eres tan joven y sexy como te sientes. Si a alguien no le gusta, es un “problema de ellos” no un “problema tuyo”
8. Ser una mujer segura
Una mujer gorda y segura siempre es cuestionada. La gente quiere saber por qué no odias la forma en que te ves, incluso te pueden llamar mandona, rebelde, grosera, autoritaria o malintencionada. Pero cuando conoces tu valor, no permitirás que nadie más te trate menos. Además: ser mandona y maleducada te hace una perra con actitud. ¡Bienvenida al club!
9 cosas que nunca pensé que podría hacer porque estaba gorda
Me demostré que estaba equivocada…
Ser una persona gorda siempre me hizo sentir como si fuera menos. Incluso cuando estaba físicamente activa me sentía mentalmente paralizada. Muchas de nosotras tenemos un cajón de ropa que queremos usar cuando perdemos peso, pero también tenemos un gabinete mental donde guardamos las cosas que lograríamos en la vida si fuéramos más delgadas.
Aquí hay 9 cosas que nunca pensé que sería capaz de lograr hasta que perdiera mi vientre redondo.
1. Llevar un traje de baño de dos piezas.
Cuando era más joven, me dijeron que nunca sería capaz de llevar un traje de baño debido a mi tamaño, estrías y celulitis. Realmente tomé esto a pecho y utilizaba shorts y camisetas de gran tamaño en la playa. Han pasado cinco años desde que me puse mi primer traje de baño, y fue una de las experiencias más liberadoras de mi vida.
Cada cuerpo es un cuerpo de playa.
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Estar en la portada de una revista.
Cuando veia cuerpos como el mío en revistas, eran siempre etiquetados como el “antes” de la imagen delgada que venía después. Al igual que muchas chicas, me paraba delante de un espejo y fingía aceptar premios, practicando poses para mi primera portada de revista. Siempre había sido una meta personal mía. Lo mantuve como un objetivo secreto porque la probabilidad de tener una mujer de talla grande en la portada de una revista parecía la idea más loca de la historia.
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Viajar alrededor del mundo y poder mirar esas fotos sin arrepentimientos.
Siempre supe que viajaría por el mundo, pero nunca pensé que podría hacerlo como una mujer de tamaño grande. Para mí, viajar significa toneladas de fotos de mí en la playa o el sitio, en pantalones cortos y vestidos de verano, en pocas palabras ropa en la que no quería ser fotografiado. Finalmente, dejé mis temores a un lado y comencé a viajar alrededor del mundo.
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Apreciar mi cuerpo y su sensualidad.
Mientras trabajaba con una marca, me pidieron que me fotografiaran en lencería. Mostrar mi cuerpo redondo en ropa interior era bastante miedoso, y tratar de exponer la sensualidad era aún más difícil. Nunca me vi como una mujer “sexy”.
Siempre me identifiqué como la amiga con cara bonita, si mucho. Después de dejar de juzgarme a mí misma a través de los ojos de los demás, aprendí a apreciar mi propio cuerpo – y no hay nada más poderoso que eso.
- Dar declaraciones y opiniones de moda.
Cuando creces odiando tu cuerpo, encuentras varias maneras de esconderlo. Cuando era adolescente yo sólo llevaba colores oscuros y siluetas de gran tamaño. Siempre quise ser alguien que se consideraba a la moda, pero con la falta de opciones y modelos de a seguir, se sentía imposible. Empecé usando pantalones cortos, faldas, vestidos ajustados y otras cosas que me asustaron. Cuanto más me empujaba a mí misma, menos me importaba un carajo la moda “halagadora”.
- Ser protagonista en una campaña de belleza internacional.
Hace un año represente a la marca Dove en una campaña resaltando la autoaceptación. Lo que más odiaba de mi fue lo que atrajo la atención de los productores. Esas cosas que te hacen diferente pueden realmente cambiar tu vida.
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Usar la cara desnuda (o casi desnuda) en público.
Ser gorda me hizo sentir que tenía que esforzarse más para ser considerada atractiva. Siempre pensé que el maquillaje me daría ese empujón extra de confianza para hacerme sentir más bonita, y lo hizo. Un labio intrépido y un ojo de gato feroz cambiaron totalmente mi perspectiva, hasta que me hice tan adicta hasta el punto en que se convirtió obligatorio, que por años evite tener mi rostro sin maquillaje. Poco a poco, he empezado a llevar menos maquillaje y empecé a apreciar mi rostro en su forma más fría.
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Ser el centro de atención.
Yo solía ponerme de roja cuando mis maestros me llamaban al frente de la clase. De hecho, dejaron de llamarme después de un tiempo porque mi nerviosismo era tan palpable. Me sentaba en la parte posterior del salón para evitar tener contacto visual con mis compañeros de clase. Ahora soy más cómoda conmigo misma, hago videos que señalan esas cosas que nunca quise que nadie más notara acerca de mí.
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Hacer una carrera en el mundo de la moda.
Lo más cercano que he pensé que llegaría a la moda era conseguir un cambio de imagen sorpresa de un programa de televisión que me ayudaría a verme más delgada. Modelar la ropa y poner mi pasión por la moda en el mundo (aunque estoy lejos de todo lo que quiero lograr) ha valido realmente la pena. Incluso me ayudó a conseguir el trabajo de mis sueños.